El cardo mariano es una planta cuyos frutos y semillas se han utilizado durante más de 2000 mil años para tratar los trastornos hepáticos y biliares. El principio activo del cardomariano es la silimarina, es una mezcla compleja de los isómeros flavonolignanos que son: las silibinas A y B, las isolibinas A y B, la silicristina, la silidianina y su precursor flavonoide, la taxifolina. (Instituto Nacional del Cáncer, 2020)
¿Qué función tiene la silimarina en nuestro cuerpo?
La silimarina es un potente antioxidante que neutraliza los radicales libres que pueden dañar las células hepáticas expuestas a toxinas. Es al menos diez veces más potente como antioxidante que la vitamina E. Aumenta la concentración de glutatión en el hígado en más de un 35% en sujetos sanos (A Valenzuela, s.f.). La silimarina también aumenta el nivel de la importante enzima superóxido dismutasa, antioxidante en cultivos celulares. (Mayo Clinic, 2017)
Entonces… ¿En qué tipo de enfermedades ayuda esta planta según la evidencia científica?
Las investigaciones sobre el uso del cardo mariano para tratar trastornos específicos demuestran lo siguiente:
· Diabetes: El cardo mariano podría bajar el nivel de azúcar/glucosa en sangre en personas con diabetes tipo 2.
· Indigestión (dispepsia): El cardo mariano, combinado con otros suplementos, podría mejorar los síntomas de la indigestión.
· Enfermedades hepáticas: como la cirrosis y la hepatitis C.
¿Cuál sería la recomendación sobre esta planta?
El cardo mariano parece ser seguro cuando se toma en dosis adecuadas y podría influir en el tratamiento de algunas enfermedades hepáticas. En adultos la dosis recomendada por vía oral es de 150 mg tres veces al día, después de las principales comidas. El período de tratamiento debe ser de 4 a 6 semanas, siendo posteriormente la dosis de mantenimiento de 150 mg 2 veces al día, periodos más largos a 6 semanas deben ser considerados por un médico.
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